Fuente: Boletín Fundación Salud y Comunidad 26 feb 2018
En el Centro de Acogida e Inserción para Personas Sin Hogar de Alicante, de titularidad municipal, gestionado desde 2002 por la Fundación Salud y Comunidad (FSC), somos testigos de experiencias concretas, de vecinos/as de nuestra ciudad, que nos muestran formas alternativas de ciudadanía capaces de reparar brechas sociales.
Job, en el imaginario popular, es alguien que sufre pacientemente su mal y que finalmente es recompensado por ello; sin embargo, una lectura atenta del texto, permite descubrir que ese libro es un drama hiriente. La tragedia que narra es tan rotunda que alguien necesitó edulcorarla añadiendo al principio y al final unos capítulos que convierten el sufrimiento en un cuentecito moral al más puro estilo de Walt Disney. Fuera de esos añadidos en prosa, el núcleo del relato escrito en verso no ensalza, ni de lejos, la paciencia de Job; de hecho, es el único personaje bíblico que en su desesperación lleva a Dios a juicio. El relato original de Job se estructura en la confrontación de dos visiones: la experiencia de Job que considera su situación como injusta y la de quienes vienen a “confortarle” empeñados en que si está sufriendo es, sin duda, porque algo ha hecho mal y debe arrepentirse de sus faltas.
Esto, que podríamos llamar “efecto Job” (quienes más sufren la injusticia, más son señalados como culpables de su situación) viene a completar el conocido “efecto Mateo” (quienes menos tienen menos reciben, mientras los que más tienen siguen recibiendo en abundancia). La combinación de ambos efectos da una radiografía rápida de la experiencia de las personas sin hogar dentro de la dinámica propia de una sociedad excluyente. [leer artículo completo]