Fuente. El País 12 abril 2015
De los muros de la habitación de Ansir Hussain —paquistaní de 34 años que vivió en la calle en Barcelona por más de cuatro años— solo cuelga un corcho. Allí están los avisos de citación para tratar sus problemas hepáticos y el retrato que le hizo un amigo. En el dibujo, Ansir se ve taciturno. Pero cuando le ofrece café a sus visitantes o se esmera en dejar sus pocas pertenencias en el puesto correspondiente se ve cercano, hablador. «Ha cambiado mucho», dice la coordinadora que le acompaña en el proceso de dejar la calle. Él asiente.
Ansir es uno de los 28 sin techo que participan en una prueba piloto de manejo de ese problema, (ver noticia completa)