El Ingreso Mínimo Vital tiene el propósito de “no dejar a nadie atrás” y tiene el foco puesto en “la erradicación de la pobreza extrema”, según han destacado en su presentación los ministros Yolanda Díaz y José Luis Escrivá. Sin embargo, la pobreza en nuestro país tiene muchos rostros y alguno de ellos tan severos como el sinhogarismo. Aunque a priori las personas en situación de calle podrían acceder a este tipo de ayuda, según se ha planteado en el Decreto Ley, el IMV contempla algunos requisitos que actúan de barrera para este colectivo en el acceso a otras rentas mínimas.
En España existen al menos unas 33.000 personas sin hogar o en situación de calle, según un cálculo de la Estrategia Nacional para las Personas Sin Hogar de 2015, con datos del INE de 2012. Aunque las organizaciones intuyen que el número de personas en situación de calle ha aumentado en estos últimos años, la antigüedad e inexactitud de los datos es una señal de la invisibilización que envuelve al colectivo.
En un encuentro online con la Red Europea contra la Pobreza (EAPN-España) el jefe de Gabinete de la Secretaría de Estado de Derechos Sociales, Joge Uxó, señaló este lunes que “en el espíritu del decreto” sí se contempla el acceso de las personas en situación de calle a la prestación, aunque su situación no aparezca específicamente mencionada. No obstante, la organización Hogar Sí, que aplaude el IMV como ayuda estatal que protege estructuralmente a toda la población, ha encontrado “algunos requisitos que pueden hacer que muchas personas sin hogar queden excluidas”. [leer noticia completa]