Hace unos años, mientras hacía el camino de Santiago, María Victoria Ortega reconoció a otro peregrino. Vivía cerca de su casa, en Málaga. Más concretamente, debajo de un puente que hay en El Palo, tradicional barrio marinero de la capital de la Costa del Sol.
El hombre los acompañó durante parte del peregrinaje, que no hacía por asueto. «En verano se iba al norte haciendo el camino y el invierno lo pasaba en Málaga«, explica Ortega. «Estuvimos unos días caminando junto a él y fue contando historias, fue una experiencia muy enriquecedora».Entre otras cosas, les reprochó que viajaban con demasiado equipaje.
Probablemente, para cualquiera de nosotros esta persona habría resultado invisible, porque tal es la capacidad —o la maldición— de los ‘homeless’. Llaman la atención al primer golpe de vista, pero al segundo empiezan a diluirse en el paisaje urbano hasta desaparecer entre papeleras y carteles a medio descolgar. (Leer artículo completo
Un estudio, pionero en España, impulsado por investigadores de la
Universidad Rey Juan Carlos (URJC) ha constatado que la principal causa
del sinhogarismo entre la población LGTBI es la expulsión de su hogar de
referencia por discriminación, ya que sus miembros no asumen la
orientación sexual y/o de identidad de género de esa persona. En ese
sentido, las personas LGTBI que acaban viviendo en la calle procedían ya
de casa de algún familiar o de pisos compartidos, mientras que los no
LGTBI provenían directamente de lo que consideraban su hogar. Según la
investigación, este hecho afecta principalmente a la población trans, y
trans-mujer en mayor medida, y vinculada a una población joven. La
segunda causa más destacada se vincula a los problemas familiares y la
ruptura de la pareja, tales como la violencia familiar, maltrato
doméstico, separación de la pareja, muerte de familiares o desapego
familiar. Por último, la tercera de las causas hace referencia a la
pérdida del empleo, afectando principalmente a mujeres lesbianas y a
hombres trans. Estas son algunas de las conclusiones que recoge este
estudio pionero que aborda, por primera vez, el sinhogarismo entre las
personas LGTBI en la Comunidad de Madrid, y que ha sido financiado por
la Red FACIAM, entidades que trabajan para mejorar la calidad de vida de
las personas sin hogar. En el estudio, que se presentó ayer en la IX
Jornada Técnica anual de la red FACIAM bajo el título “Sin Hogar, Con
Diversidad”, han colaborado tanto la Comunidad de Madrid como el
Ayuntamiento de Madrid por lo que acudió, por parte del Gobierno
regional, Encarnación Rivero, directora general de Servicios Sociales, y
por el consistorio madrileño, Marta Higueras, teniente de Alcalde y
delegada de área de Equidad Derechos Sociales e Igualdad.
Entre los objetivos del ‘Estudio sociológico de las personas LGTBI
sin hogar en la Comunidad de Madrid’ estaba conocer los factores de
exclusión social y de riesgo de sinhogarismo en la población LGTBI, así
como las barreras que bloquean su inclusión social. Según la
investigadora principal de la investigación, Silvia Giménez, nos
encontramos con un perfil dentro de este colectivo que, aunque no es
nuevo, había sido invisibilizado hasta la fecha. Un perfil que se
caracteriza por su identidad de género y orientación sexual no binaria. A
día de hoy en España no había datos al respecto, por lo que se trata de
un estudio pionero a la hora de abordar este perfil emergente de
sinhogarismo, siendo necesario extenderlo al conjunto de la realidad
española.
Para la muestra del estudio se ha realizado una encuesta en 23 entidades de la red pública y privada de personas sin hogar, así como a personas en situación de calle, 112 personas se identificaron como LGTB: de ellos, un 10% como lesbianas, un 44% gais, 20% bisexuales, 24% heterosexuales; un 58% como hombres, un 13% mujeres, un 18% mujeres trans, un 8% hombres trans y un 3% intersexuales. Posteriormente, se hicieron 10 entrevistas en profundidad donde se matizaron los resultados de la encuesta. (Leer noticia completa)
Voluntarios preparan 400 bolsas de alimentos que reparten en furgonetas en varios puntos de la ciudad a las personas sin hogar para que coman los fines de semana.
Están desbordados y buscan colaboradores. Cada vez más personas sin hogar acuden al reparto semanal de bocadillos que realiza Cáritas Pastoral pese a que se presupone que la situación económica ha mejorado. Sus voluntarios preparan unas 400 bolsas con zumo, agua, frutas, galletas, café, caldo y dos bocatas en una inestimable labor social que sin embargo ya se les queda corta. Alimentan los sábados y domingos a unas 170 personas que viven en la calle, que se encuentran con que los comedores sociales cierran. Es tal la demanda y su preocupación porque tengan siempre algo que comer que buscan nuevos colaboradores que les echen una mano para preparar 100 bocadillos más y que los indigentes que se refugian en cajeros, naves y debajo de los puentes tengan garantizados los tres bocatas por persona. (leer artículo completo)
La pobreza silenciosa, la que no vota, toma las calles, y a nadie parece importarle
El abandono de decenas de personas en calles, plazas y parques de la provincia se ha convertido en un problema crónico agravado porque la Administración mira hacia otro lado .
Ocho de la mañana de un día cualquiera de la semana en la plaza Pío XII de Alicante. Un hombre que hace tiempo pasó de los 50, bien vestido, limpio, se acerca entre discreto y avergonzado. ¿Me puede prestar algo para desayunar? Duro y desolador. Tengo un amigo que todos los viernes por la noche, tras acabar su jornada laboral y después de una semana intensa de trabajo con mil y un problemas que sacar adelante, se coloca al volante de una furgoneta y recorre varias calles de Alicante y su área metropolitana junto a otros voluntarios y voluntarias repartiendo bocadillos, agua, patatas fritas, café… (leer noticia completa)