Varias asociaciones tratan de ayudar a quienes carecen incluso de un techo donde pasar el confinamiento
Hay una multitud de personas que no tienen techo, que sufren hambre, que no tienen donde esconderse de la intemperie que ahora son las calles de España. Y hay jóvenes que, desde distintas asociaciones, tratan de rescatarlos. Les buscan amparo y luz, a los desamparados, a las víctimas de violencia de género, a los niños pobres, a los solitarios enfermos. No tienen ni donde confinarse. Huyen con un hatillo buscando lecho por las calles vacías. Son invisibles.
Tras un año sin hogar, Osei había conseguido un empleo en un restaurante. El coronavirus desbarató la oportunidad y ha alterado todavía más su precaria situación
Lo único que preguntó Osei cuando pudo comprarse hace diez días el móvil más barato –30 euros– que vendían en una tienda del barrio, es si tenía radio. Osei D., de 42 años, nacido en Ghana, quería estar informado sobre la crisis del coronavirus, y sobre cómo iba a cambiarle la vida. Tras más de un año malviviendo en un parque del Eixample Izquierdo de Barcelona, por mediación de un vecino había conseguido un trabajo a partir de Semana Santa, como ayudante de cocina en un restaurante de la Costa Brava. La epidemia ha cerrado el restaurante y su oportunidad para salir del pozo se ha esfumado.
La Concejalía de Acción Social abrirá las instalaciones los martes y los jueves, de 10 a 12 horas, para que las personas sin hogar se puedan asear
El Ayuntamiento de Alicante acondicionará, antes de abrir los martes y jueves, las instalaciones del campo de fútbol de San Blas para que las personas sin hogar que no se encuentran confinadas bajo tutela municipal puedan ducharse y satisfacer sus necesidades de higiene personal. El Consistorio toma esta medida después de haber cubierto las más de 120 plazas de las que dispone el Centro de Atención e Inserción de Personas Sin Hogar (CAI) y las habilitadas en el pabellón de Florida Babel.