Compartimos el artículo publicado en Cuadernos de Trabajo Social:
Potencialidades y límites de la participación de las personas sin hogar en los procesos de intervención social
Compartimos el artículo publicado en Cuadernos de Trabajo Social:
ResumenUn colchón tirado sobre el suelo evidencia que el parque situado frente a Casa Mediterráneo se ha convertido en unos de esos espacios públicos elegidos por personas sin techo para pasar la noche. Cerca, a la vista de todos, dos maletas de un mismo color naranja se dejan ver entre unos cuantos cartones apilados. A sólo unos metros, como escondido junto a unos matorrales y un panel informativo, se podía ver a un hombre, de mediana edad, que aprovechaba los últimos minutos de sueño de un día más en las calles de Alicante… En este caso, frente a un espacio de relaciones diplomáticas de alto nivel como es Casa Mediterráneo y en las proximidades de la estación de autobuses, a donde cada día llegan cientos de turistas a la ciudad. [Leer noticia completa]
Fuente: Medium 11 sep 2018
Compartimos este artículo de la trabajadora social y periodista Carmen Alemany Panadero
«Las personas sin hogar son uno de los colectivos más vulnerables de nuestra sociedad. Nuestro sistema de protección social no es suficiente para garantizar el derecho a una vida digna a quien lo ha perdido todo. La Constitución dice que España es un estado social y democrático de Derecho. Sin embargo, una persona puede verse privada del ejercicio efectivo de casi todos sus derechos si no dispone de vivienda.
Al ser arrojados a la calle, estas personas pierden el acceso a muchos de sus derechos más básicos: su derecho a la integridad física y moral, su derecho a la intimidad, a la seguridad personal, a empadronarse y votar, a la protección de la salud, la vivienda, el trabajo o la seguridad social. Las personas sin hogar sufren agresiones frecuentes, contraen enfermedades por la dureza de sus condiciones de vida, no siempre reciben la atención sanitaria adecuada y su esperanza de vida se reduce en 30 años con respecto a la de la población general, según recoge la Estrategia Nacional Integral, que cifra su esperanza de vida en 42–52 años.» (leer artículo completo)