En nuestra Asociación ACOMAR acuden diariamente un promedio de unas 160 a 170 personas necesitadas en busca de su bolsa de alimentación, con una sonrisa esperanzadora dibujada en sus rostros, aunque sus almas lloran desconsoladamente por sus situaciones particulares y familiares. Y es ahí donde pretendemos llegar entre todos los voluntarios y voluntarias de ACOMAR.
Es necesaria la comida, el techo, la ropa o la higiene, pero queremos llegar hasta las “heridas” más internas para poder alcanzar la raíz que ata a esa persona a la pobreza. Hay desempleo, enfermedad mental, falta de apoyo social, prostitución, adicciones, familias extremadamente vulnerables, personas migrantes… Un sinfín de situaciones que llevan a las personas necesitadas a tocar nuestra puerta diariamente. Llegar hasta la raíz de la pobreza no es fácil ni tampoco se llega rápido. Se necesita una dedicación diaria y constante, transmitiéndole a la persona sentimientos tan profundos pero a la vez tan bonitos como son la ternura, el cariño, la comprensión, la paciencia, el diálogo, la escucha… Todo se centra en una palabra, amar a la persona. De esta forma la persona se abre y habla con claridad sobre su situación personal, lo que nos permite comenzar un proceso hacia su recuperación. Debemos tener en cuenta que para rehacer a la persona debe ser desde dentro hacia fuera, ese es el proceso integral que realizamos.
En ACOMAR este testimonio está permanentemente en nuestras vidas, desde voluntarios hasta las personas que atendemos y acogemos. Todas ellas sacan fuerzas de lo más recóndito de su corazón para estar unidas en este proceso hacia una vida más digna para el pobre. Juntos y unidos podremos hacer de este mundo, un mundo mejor. Tan solo hay que empezar compartiendo tu amor hacia los demás.
Salvador Silva (Presidente y Fundador de ACOMAR)
Nuria Martínez (Psicóloga).